La esfera del reloj
Breviario flotante de la poesía mexicana
Como una ciudad pintada en un grano de arroz, la poesía mexicana está en La esfera del reloj de cuerpo entero y, al mismo tiempo, incompleta. Mejor dicho: están algunas de sus partes, partículas incluso, sin orden previo, percibidas con detalle y luego vinculadas entre sí, como si el ensayista Luis Vicente de Aguinaga se propusiera recomponer un mecanismo desarmado.
Las manecillas dan la hora en cada uno de los doce capítulos, tal vez porque la poesía está hecha de tiempo, es decir: de novedad y vejez, de memoria y espera. Y en el tiempo hay sitio para todo, aunque sea en miniatura: el sueño y el insomnio, la muerte y la resurrección, la soledad y los amigos, los tópicos grecolatinos y la Biblia, una bicicleta y una calavera, Nervo y Torres Bodet, Huerta y Paz, Arreola y Torri, Chumacero y Bonifaz Nuño, Lizalde y Gutiérrez Vega, Bohórquez y Pacheco, María Baranda y Luis Armenta Malpica, María Rivera y Balam Rodrigo...
Este nuevo título forma parte de la colección Prosa Nostra del Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro, dedicada a la publicación de ensayistas mexicanos y latinoamericanos contemporáneos.