Crónicas del fracaso de la cacería
Crónicas del fracaso de la cacería es una obra actual, de gran frescura, en la que la fuerza expresiva proviene en buena medida del uso directo del lenguaje. El autor da la espalda a las florituras para dedicarse a construir breves textos de corte narrativo, en los que la limpieza y la concisión son esenciales. Los poemas son, en apariencia, muy sencillos —muchos de ellos orbitan alrededor de una simple imagen o de una anécdota—, pero en esa sencillez radica su fuerza. Hacen evidente cómo la extrañeza se oculta en lo cotidiano y en lo mínimo. Además, dan espacio para el lector; son textos que no imponen una lectura unívoca, sino que apuestan por lo abierto, resonando una vez que concluyeron.