Y sin embargo...
Eppure... And yet...
Renato Rizzi es arquitecto y profesor del Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia. Su actividad docente y profesional se sostiene sobre una profunda reflexión en torno a las dos componentes primigenias y fundamentales de la disciplina: Arché y Tekhné; es decir, aquello que no se puede dominar y aquello que sí. Sobre esta antinomia indisoluble, allende de la naturaleza histórica, cultural y política del proyecto, se funda la generación de las formas arquitectónicas.
En este breve libro —que se publica ahora también en español a raíz de la colaboración académica entre el IUAV y la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) para un proyecto en Querétaro— el autor escudriña los dos conceptos arquetípicos en el pensamiento y en las obras de diez personajes: cinco poetas y escritores (Brodsky, Walcott, Mandelstam, Daumal, Hugo); tres arquitectos (Eisenman, Hedjuk, Rossi) y dos filósofos italianos (Severino y Enzo). En los diez breves textos que conforman el libro, Rizzi indaga y confronta las bases ancestrales de las principales culturas occidentales, amenazadas por el inminente dominio de la tecnología.
El título “Y sin embargo...” nos remite a la resistencia del pensamiento, además de a la permanencia de lo indomable detrás de lo que se puede dominar. Al reto impuesto por la tecnología —juzgada mendaz y embustera, ya que nos convence de que tenemos poderes de los que carecemos— se acompaña un reto aún mayor: uno de resistencia y aceptación de nuevas responsabilidades. La propuesta es buscar lo esencial auténtico de una humanidad perdida y encontrar una verdad no absoluta que procede de las relaciones entre las cosas —no de las cosas en sí—, y entre las cosas y los saberes que se acercan a su comprensión: la filosofía, la arquitectura, la poesía y la literatura.
De lo anterior surge un desafío más para los lectores hispanoamericanos. El autor nos ofrece una visión europea y nos invita a reflexionar en torno a cuáles raíces, mitos fundacionales, conflictos, sufrimientos, ostracismos, “perdedores” y singularidades habrá que tomar en cuenta en una dimensión espacio-temporal, como la mexicana, cuyos orígenes se sostienen sobre conflictos aún irresueltos. La singularidad del mexicano en el siglo xxi es la condensación, aquí y ahora, de un tiempo histórico dilatado, conflictivo, contradictorio, y sin embargo... presente y vivo.