Reseña

En los proyectos artísticos que llevó a cabo la Comisión de Proyectos Especiales de la UAM Cuajimalpa es imposible identificar la frontera entre el arte y la protesta social. Abarcando enormes distancias espaciales, desde el muro de apartheid impuesto a las comunidades palestinas de Belén, pasando por la Pequeña Haití, fundada por los desplazados de la isla caribeña en Tijuana, así como enormes distancias temporales, desde el bombardeo nuclear en Hiroshima, la “guerra contra el narcotráfico” y sus ramificaciones en la sociedad mexicana, así como las repercusiones de la pandemia provocada por el COVID-19, sincrónica a las labores del colectivo. La Comisión, un colectivo de artistas y activistas de prácticas y contextos disímiles, siempre en constante realizó intervenciones apoyándose en un enorme repertorio de prácticas artísticas en los escenarios mencionados y otros, generando una catarsis entre los participantes activos y aquellos que participaron de manera espontánea.