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ISBN 978-607-29-3350-7

Dialogando con el cielo

Autor:Peña Becerril, Maritza
Editorial:Peña Becerril, Maritza
Materia:Mejoramiento y análisis personal
Público objetivo:General
Publicado:2022-02-24
Número de edición:1
Número de páginas:177
Tamaño:13.97x21.59cm.
Precio:$200
Encuadernación:Tapa blanda o rústica
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Ver morir a un ser amado despierta en nosotros un sentimiento inexplicable. Más allá de una molestia o dolor físico, es un tremendo impacto al corazón y al alma que deja una enormísima herida invisible. Como no puede verse, es difícil notar que, de manera paulatina, crece y crece hasta consumirnos.
Si bien cada persona vive el duelo a su manera, es importante reconocer la herida porque si no es tratada no sanará y es muy posible que, a la larga, genere un gran daño en el cuerpo y, principalmente, en el alma. Así como las heridas sanan con el tratamiento adecuado, el alma puede aprender a posicionarse en el «aquí y ahora» con la ayuda proporcionada por el Universo. Es decir, logra caminar por las etapas del duelo cuando acepta esta ayuda.
En Dialogando con el cielo, la Dra. Maritza Peña compendia el proceso que vivió tras la muerte de Héctor, su hijo mayor. La narración, además de considerar la experiencia personal de la autora, incluye explicaciones de algunas teorías desarrolladas por renombrados estudiosos en el campo de la Tanatología, la Psiquiatría y la Antropología: Elizabeth Kübbler Ross, el Dr. Brian Weiss y el Dr. Michael Newton y el Dr. Ian Carrie, respectivamente.
De este modo, el tema central del libro es describir –a través de la vivencia– el camino para pasar del sufrimiento hacia el dolor y, consecuentemente, hacia la conciencia plena: un estado de paz, armonía y plenitud con uno mismo y con su entorno.
El libro está divido en 17 capítulos cortos. El primero, titulado “Acepta la ayuda del Universo,” plantea la importancia de estar dispuestos y atentos a recibir mensajes del Universo; estos son entregados, a cada persona, de diferente forma y en el momento adecuado para sanar su herida. Asimismo, en este capítulo se esboza la teoría de la Dra. Peña acerca de los pilares de la recuperación y el resultado emocional de la intersección de cada uno de ellos.
En el segundo capítulo describe su clasificación de las etapas del duelo: sufrimiento, dolor y conciencia plena. El tercero habla de uno de los pilares de la recuperación: el tiempo; específicamente, aquí la autora explica la necesidad de que la mente, el pensamiento y el cuerpo habiten el presente para recibir los mensajes del cielo. El capítulo cuarto señala que los sueños son el canal de comunicación más directo y común para recibir los mensajes que traen paz al alma. Además, según la autora, estos mensajes poseen una continuidad basada en el aprendizaje que ella necesitaba.
En este sentido, la Dra. Peña comparte las diez visitas que, en sueños, le realizó su hijo; cada una está plasmada en apartados individuales –del capítulo cinco al 14–. Así, el libro recrea una conversación que tiene lugar en dos planos: la madre en la tierra, el hijo en el cielo.
Cada sueño-visita contiene una indicación o lección específica que, en su momento, la autora no comprendió; por ello, recomienda escribir los sueños y no sobreanalizarlos pues, con el tiempo, estos cobran sentido. El significado de estos sueños, le fue relevado a la autora en obras que consultó: La otra vida de Billy Fingers, La maravillosa vida después de la muerte, entre muchas otras.
En el capítulo 15, describe la respuesta que recibió del Universo, a través de un sueño, cuando preguntó qué era la muerte. El capítulo 16, habla de los acontecimientos sucedidos durante el velorio de su hijo, analizados desde la conciencia plena. Finalmente, en el capítulo 17, comparte la importancia de tener en casa un lugar especial para el ser amado.
En resumen, la vida no termina cuando abandonamos el cuerpo físico, pues hay una continuación en otro plano. Por ello, es importante caminar por las etapas del duelo siendo conscientes de que nuestro ser amado sigue viviendo en otra dimensión y está con nosotros. La autora señala que debemos prepararnos para ver la muerte no como una tragedia sino como una experiencia; para ello, es preciso ver desde otra perspectiva. Gracias a las palabras de su hijo, la Dra. Peña comprendió que la muerte no es un fin sino un principio:
–Mami, creo que debemos cambiarle el nombre a esta maravillosa experiencia: ya no hay que llamarle muerte– le dijo Héctor alguna vez a Maritza.

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