Reseña

Parece que nadie de nosotros puede aspirar a otra cosa. Lo irremediable, irremediable hasta el final. Una debería preocuparse un poco por el final. Veo que nos cuesta trabajo pensarlo. Pero sospecho que más de alguna, a cierta edad, nos preguntamos sobre cómo quisiéramos terminar.


Mala entraña es una novela agridulce como la propia memoria. Nos encontramos con una protagonista que parece haber atesorado cada oscuro pensamiento para contarlo alguna vez. Esta voz confesional no se conforma con la ternura que suponen los lazos de la sangre y decide aventurarse a vivir cualquier cosa, sólo para poder contarlo alguna vez.
La narrativa de Luis Felipe Pérez Sánchez nos hace partícipes de lo que parece ser un viaje alrededor de la conciencia del hijo pródigo. Nos otorga un relato íntimo de una memoria sinvergüenza que desea experimentarlo todo con tal de no olvidarse a sí mismo.
Estamos ante una novela de emociones contundentes y provocadoras que invariablemente suscita algún gesto de complicidad. Un aspaviento como los que se requieren para dar constancia de que todos alguna vez hemos disfrutado de lo clandestino, de entregarnos a lo inevitable, en una suerte de éxodo personal y deliberado, un perderse para encontrarse.
Marevna Gro.