Rimbaud A/Z
Contemplaciones en orden alfabético
Rimbaud A/Z es, por cierto, un homenaje a Rimbaud, pero es
también, me parece, un tenaz asedio amoroso para tratar de
asir el enigma con que, aún hoy, nos enfrenta el autor de Una
temporada en el infierno. Leer a Rimbaud, seguirlo en sus
fugas circulares, sus visiones deslumbrantes, su desdén por los
venenos estéticos de Europa, y su abandono final y contundente
de la escritura, exige un coraje extremo. Porque Rimbaud, qué
duda cabe, es un faro, pero un faro elusivo y complejo, muchas
veces desconcertante. También es una pregunta filosa sobre la
consistencia y la necesidad de la poesía e, incluso, sobre el
sentido de la palabra en su confrontación con el mundo.
Contemplaciones en orden alfabético, subtituló Jorge Esquinca
su abecedario Rimbaud. Y yo pienso en los zootropos, esos
juguetes filosóficos del siglo XIX, que, al girar, iluminaban
las facetas de un dibujo que entonces cobraba vida para el
espectador. Así he leído este libro magnífico, agradeciendo
el acontecer de cada imagen, cada percepción sesgada, cada
lúcido desvío, cada vocal transformada, cada frase donde el
ensayo se revela, como quería Edmond Jabès, hermano gemelo
de la poesía.