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Reseña

La presente obra es una recopilación de textos a través de los cuales los autores reflexionan en torno al tema de la cibercultura, entendida como la contracultura de este siglo; cada uno de los temas de reflexión se plantea desde el ámbito educativo, a manera de aproximación al tema y su complejidad.
Como se manifiesta en el título, la propuesta principal consiste en plantear a la cibercultura como la contracultura del presente siglo; entendemos a la cibercultura como esa cultura alternativa que surge y va tomando forma a partir de los usos e implicaciones de las tecnologías digitales en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana actual, cultura característica de las sociedades contemporáneas de alta tecnología, lo cual implica no solamente a quienes producen este tipo de tecnología, sino también a quienes la utilizan, quienes no necesariamente son habitantes de sociedades tecnológicamente desarrolladas.
En la cibercultura se configura el surgimiento del ciudadano digital, sujeto perteneciente a entornos tecnológicos digitales, habitante también del ciberespacio en el cual vive y convive con otros ciudadanos digitales. Sin ser propiamente un término de ciencia ficción, la palabra es considerada un neologismo conformado por la palabra cultura y el prefijo ciber, que hace referencia no solamente a los instrumentos tecnológicos, a las destrezas, habilidades y competencias surgidas de su utilización; sino también a las dimensiones sociales, económicas, políticas, educativas, psicológicas, jurídicas que conforman una cultura diferente, alternativa a otro tipo de culturas.
Según Derrick De Kerckhove,
…es desde el computador donde se ha configurado un lenguaje universal: el digital. La cibercultura se puede apreciar desde tres puntos de vista a) interactividad, que es la relación entre la persona y el entorno digital definido por el hardware que los conecta a los dos; b) hipertextualidad que es el acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte. Es una nueva condición de almacenamiento y entrega de contenidos; y c) conectividad: que es lo potenciado por la tecnología, por ejemplo, Internet. Cibercultura es el conjunto de técnicas, de maneras de hacer, de maneras de ser, de valores, de representaciones que están relacionadas con la extensión del ciberespacio. (Wikipedia)
En la conformación de la cibercultura, el ciberespacio es un referente esencial, pudiera decirse que provee de la materia prima a los cibernautas para construir la cibercultura, por ello es importante definir lo que entendemos por ciberespacio, al cual se considera como “…el espacio antropológico de la red informática y en consecuencia nuestras tradicionales nociones de tiempo, espacio, corporeidad, inteligencia, tecnologías, formas de adquisición identitarias, procesos educativos, la cultura en general, presentan cambios profundos y significativos” (Valdés, 2016, p. 46). A lo largo de la historia de la humanidad no habíamos tenido una tecnología tan potente que transformara el propio espacio vital, a excepción del libro, tecnología que dio origen a las culturas escrituro-céntricas y una forma alfabética de ser y vivir, pero la tecnología digital no solo ha transformado este tipo de culturas tradicionales, sino que ha creado sus propios espacios en tres o cuatro dimensiones los cuales siguen expandiéndose, configurando lo que Manuel Medina (2007) señala
Con el nombre de cibercultura el autor -Pierre Levy- se refiere, en general, al conjunto de los sistemas culturales surgidos en conjunción con dichas tecnologías digitales. En este sentido se pueden utilizar, asimismo, los términos cultura digital o cultura de la sociedad digital (utilizando la expresión sociedad digital como traducción de e-society) para designar la cultura propia de las sociedades en las que las tecnologías digitales configuran decisivamente las formas dominantes tanto de información, comunicación y conocimiento como de investigación, producción, organización y administración (VII).
La cibercultura es evidencia real y actual de los efectos que los cambios tecnológicos producen en la esfera cultural de las sociedades y, con ello, cambios tan profundos como la forma de ser, pensar y conformar las personalidades de quienes vivimos en las actuales sociedades.
El surgimiento y conformación de esta cultura es un proceso de amplio espectro que implica fenómenos de hibridación cultural en los cuales conviven entremezclándose con anteriores prácticas culturales y las emergentes, procesos de traslapes que emergen como nuevas formaciones montañosas producto de movimientos en las placas tectónicas (p. ej.); lo cual conforma una especie de laboratorio sociocultural que permite la observación e investigación de estos procesos complejos y diversos. Este trabajo pretende precisamente hacer una aproximación a dichos procesos.
La contracultura como idea de resistencia y lo alternativo ante la cultura formalmente establecida es un proceso que siempre ha existido, permanece latente en toda cultura y sociedad, pero se potencia cuando factores económicos, políticos, religiosos, educativos (entre otros) y para el caso que nos ocupa, los factores tecnológicos, se convierten en disruptivos, en (como señalarían los teóricos de la complejidad) atractores extraños, que inducen al cambio cultural; en el contexto de estos planteamientos cabe preguntarse si es posible considerar a la cibercultura como la contracultura de nuestro siglo, al respecto comenta el autor:
El termino contracultura viene a significar aquélla cultura que es diferente e intenta contrarrestar a la cultura oficial (…) Aquella contracultura de los 60´s ingenuamente creyente en el retorno a la naturaleza y mayoritariamente desconfiada de la tecnología; que finalmente fue destruida por el sistema; ahora ha renacido bajo la forma de un nuevo movimiento contracultural que se desarrolla y tiene como eje de acción a la tecnología del ordenador (…) no resulta sorprendente que la mayor parte de los íconos mediáticos de la ceberdelia sean caras familiares de los años 60´s (Lizama, 2016, p. 50).
No es casual que los denominados “nerds” sesenteros sean los creadores de las primeras computadoras, los lenguajes de programación, la PC, el Internet, el mouse y la gran mayoría de la infraestructura tecnológica digital en la cual queda plasmado el espíritu libertario y revolucionario de la contracultura hippie de esta década que deviene en manifestaciones como las llamadas “redes sociales” o como algún gobernante denominaría “las benditas redes sociales” que han surgido como alternativa de comunicación y participación social, cultural y política característica de este siglo, jugando un papel determinante en el empoderamiento del ciudadano común y corriente en esta cibercultura.
La manifestación de esta contracultura podemos verla, sobre todo, en las expresiones artísticas que evidencian el surgimiento de nuevos lenguajes, códigos, sentidos, símbolos, identidades, leyes, y significados de esta cultura alternativa que ha sido capaz de construir su propio espacio vital fundamentado en la infraestructura tecnológica digital que es muy utilizada con fines artísticos, por ejemplo la llamada ciberdelia , que tiene como escenario la diversidad de las calles y espacios públicos de las metrópolis en donde vemos el surgimiento de las llamadas tribus urbanas, de las cuales sus integrantes son usuarios comunes y muy hábiles de las tecnologías digitales, y las redes sociales son su segundo o primer hogar.
Documentos como “La ética del hacker”, “El manifiesto ciberpunk”, “el manifiesto del ciberespacio”, “el jargón file” la “declaración Xanadú”, “La conciencia de un hacker”, la “carta de Alexandra Elbakian” o bien el “Computer Lib/ Dream Machine”, entre otros, conforman lo que puede considerarse la literatura que da forma, registra y documenta la evidencia de la llamada cibercultura en tanto contracultura de nuestro siglo. De manera complementaria, el presente trabajo presenta una serie de reflexiones explicadas por quienes también somos actores de este contexto en tanto formamos parte de esta cibercultura y damos razón desde nuestra óptica educativa de análisis (la comunidad docente).
De manera inicial el trabajo de Juan Carlos Valdés Godínes titulado “El consumo digital, principio básico de la contracultura en la digitalidad (contornos de las Ciudades Digitales)”, propone y analiza el concepto de “consumo tecnológico digital”, como categoría importante que permite una mejor comprensión en la conformación de la llamada cibercultura, entendida como movimiento contracultural que tiene sus orígenes de manera predominante en los entornos urbanos, en donde las poblaciones juveniles e infantiles se vuelven portadoras de las llamadas habilidades y destrezas digitales, adquiridas de manera alternativa fuera de los espacios formalmente educativos.
Se aborda el tema del entorno sociocultural digital y la forma en cómo se ha transformado en un espacio privilegiado de consumo digital, a partir de estas categorías. Aborda también el tema de la “contracultura”, el porqué de su denominación, así como el proceso de consumo digital en este contexto cultural y considerarlo uno de los principios básicos en la configuración de la “cibercultura”, en tanto forma de ser, pensar y vivir de los sujetos llamados también “cibernautas”.
En el texto “Globalización de la cibercultura: nuevas dinámicas socioculturales y comunicativas hacia el aprendizaje”, el autor Hugo Moreno Reyes, presenta algunos referentes relacionados con la nueva forma de vida implantada por la cibercultura, con el propósito de contribuir a un marco de referencia útil que los docentes puedan considerar en su práctica docente cotidiana.
Se asume que las tecnologías digitales han llegado para quedarse, de tal forma que las personas que tienen acceso a ellas las han apropiado progresivamente y forman una parte importante de su vida cotidiana, dando origen a cambios en la cultura determinados por el uso intensivo de dispositivos y aplicaciones, tanto de la Web como de la telefonía móvil, principalmente. En esta tesitura, el ámbito educativo no es ajeno a los cambios y puede afirmarse que, para lograr aprendizajes efectivos, profundos y duraderos apoyados con el uso de las Tecnologías de la Información, es necesario enfocar los procesos de aprendizaje a las nuevas alfabetizaciones y a otras prácticas sociales relacionadas con las tecnologías digitales y las condiciones emergentes de la Web. El autor señala que puede señalarse el replanteamiento de un discurso escolar acorde a los requerimientos de un currículo que corresponda con el momento histórico-tecnológico de la sociedad globalizada, conectada e informatizada; con los nuevos medios y las nuevas prácticas para la participación colectiva distribuida en la construcción de significado y conocimiento habilitadas por las tecnologías orientadas al usuario; y que parta de fuentes socio-culturales, epistemológicas y psico-pedagógicas lo cual permitirá realizar una práctica docente mejorada y resignificada.
Por su parte el autor Jorge Landaverde Trejo en su texto “Educación híbrida en la cibercultura” plantea a la educación híbrida como una vía alternativa para dar continuidad a los planes y programas educativos, para lo cual se requiere, no solo de un ajuste en estrategias didácticas con apoyo en las tecnologías digitales, sino toda una metamorfosis del concepto ‘cultura’ lo cual implica la configuración de conceptos tales como ciberespacio, cibercultura, ecología de los saberes, economía del conocimiento, educación escolar, educación híbrida y modelos educativos que satisfagan las necesidades de los estudiantes en la actualidad inmersa en la era digital. Para la construcción de tales conceptos se recurre al método pragmalingüístico, a partir de una comprensión básica de la dimensión semántica de las palabras, pasando luego al análisis de la lógica subyacente de los mensajes para, finalmente, acceder a la comprensión pragmática derivada de la acción reflexiva y argumentativa. Entendida dicha comprensión pragmática como una manera de reaccionar a través de la práctica ética y política para el logro de espacios de educación integral. Lo cual supone el desarrollo de modelos educativos que, en vez de pretender polarizar posturas, logren la compatibilidad entre la diversidad de Sistemas Socio-Técnico-Culturales que navegan en la red mundial y que aportan elementos conceptuales para el enriquecimiento de la Inteligencia Colectiva, inmersa en la economía y las sociedades del conocimiento alrededor del planeta Tierra.
Por su parte Martha Guadalupe Rojas Mena en su texto titulado “Resistencia y Resiliencia del docente universitario ante el uso de las Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC) como herramienta del Proceso Enseñanza-Aprendizaje (PAE)” expone los temas de “resistencia” y “resiliencia” que al relacionarnos en el contexto del uso educativo de las TIC, se vuelven interesantes al plantear que el uso constante de la capacidad resiliente del docente de nivel universitario, podría estar poniendo en riesgo su salud emocional, lo que alteraría de manera importante la forma de sociabilizar con los alumnos, inhibiendo el proceso de enseñanza-aprendizaje, entre los factores más relevantes se encuentra el status que el alumno ocupa en la sociedad al ser portador de mayor capital tecnológico digital en comparación al docente y las nuevas dinámicas que han surgido a partir de este fenómeno.
El tema de “La cibercultura y sus aportes a la construcción de los Entornos Personales de Aprendizaje: una revisión de la literatura” es tratado por Urith Ramírez-Mera, en el cual plantea que los avances digitales han generado un cambio en las conductas y valores en el ciberespacio, de ahí que se desprendan nuevas formas de socialización y de construcción de normativas dando origen a la cibercultura. Siendo esta conceptualización un elemento importante para comprender lo que sucede en la red y sus manifestaciones en otras esferas como la educación, en este capítulo se realiza una revisión de la literatura que toma en cuenta la cibercultura y la construcción de los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE por sus siglas en inglés), señala la autora que para este trabajo realizó una búsqueda según el protocolo PRISMA y se analizaron seis artículos que cumplieron con los criterios de búsqueda. Una vez analizados, se identificó que las prácticas y estructuras narrativas son consideradas, pero se ha dejado de lado la conceptualización de los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje, códigos de conducta y construcción de redes y comunidades de conocimiento.
Christian Jonathan Ángel Rueda expone el tema de los mundos virtuales en educación con su trabajo “Avatar: Cibercultura y Educación” el cual busca que el lector conozca el origen del concepto del AVATAR y su conexión con lo virtual. Sobre todo, la influencia del avatar en la construcción de la cibercultura. En consecuencia, observar que esta noción puede ser un vínculo entre lo real y lo virtual, es decir una influencia para introducir la cibercultura en la educación. El capítulo está dividido en dos partes; en la primera se hace un análisis de la información para comprender el concepto de avatar y su relación con la cibercultura, la segunda parte es una narrativa descrita a través de una historia para ejemplificar el uso de este concepto en la educación, desde la perspectiva de la cibercultura.
Por su parte Jenny Patricia Ortiz Quevedo y Mónica Rocío Barón Montaño a través de su texto “Tutorías de gestión, una oportunidad en medio de la virtualidad”, señalan que la educación tiene un gran compromiso social, donde estar en constante actualización y responder a los requerimientos del contexto debe ser una apuesta diaria, aún más en tiempos de pandemia. A partir de lo anterior, surge el interés por reconocer la importancia de las tutorías de gestión o acompañamiento estudiantil en la universidad por medio de entornos virtuales de aprendizaje. Bajo un enfoque cualitativo y una investigación tipo documental. En consecuencia, los resultados más relevantes ubicaron a las tutorías en un papel preponderante para la continuidad de los educandos en la universidad durante el aislamiento social derivado de la pandemia del COVID-19, se estableció la adquisición de una cibercultura de apoyo que trasciende la presencialidad del aula. Asimismo, se determinó la necesidad de la formación de estudiantes y docentes en las Tecnologías de la Información y la Comunicación que propenden por el fortalecimiento de la ruta académica de la comunidad estudiantil.
Finalmente, el grupo de investigadores conformados por Renato Rodrigues da Silva, Patricia Margarida Farias Coelho y Gloria Jiménez Marín, en su texto “Educación y medios de comunicación en la cibercultura: Qué son y cómo se pueden utilizar las metodologías activas en el entorno escolar” señalan que, actualmente, nos encontramos insertos en una sociedad digital en la que es evidente que la educación tradicional ya no satisface todas las demandas de los estudiantes. Por ello se hace necesario conocer las metodologías activas requeridas por éstos. Los objetivos perseguidos son: (i) comprender los conceptos de las metodologías activas y (ii) describir cuáles son los pilares de éstas. La justificación de esta investigación parte de la necesidad del educador de transformar su tradicional didáctica en el aula en una clase más digital. El marco teórico que sustenta este trabajo lo componen los estudios sobre metodologías activas de Filatro y Cavalcanti (2018), Mattar (2017) y los de Bacich y Moran (2018). Para ello parten de la técnica bibliográfica como metodología de base. Los apuntan a una influencia directa de estas metodologías activas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, además de una afección directa en el rol del docente y del estudiante.
Desde nuestra perspectiva educativa, esperamos contribuir a una mejor comprensión de esta cultura naciente con la convicción de que ello puede conformar prácticas educativas diferentes; que nos permitan transitar de una mejor manera en esto que hoy llamamos “nueva realidad” y que aspiramos a reconfigurar una educación más significativa, más allá del ámbito escolar.

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