Reseña

Este libro, coordinado por Eli Bartra, se asemeja a un bordado, a un trenzado de afectos. Para evocar a Francesca Gargallo (1956-2022) hacen falta múltiples hilos. Aquí, amigas y amigos hablan. Poco a poco, su memoria dibuja a una mujer querida y de complejas aristas: la académica combativa, autora de Feminismos desde Abya Yala, entre otros títulos; la escritora que se entregó a la imaginación y legó una obra amplia, narrativa y poética; la viajera que observó con curioso lente geografías y sociedades distantes. Y también la madre, que supo que cuidarse entre mujeres es una forma de hacer revolución.

A dichos hilos se suma otra voz central: la de la misma Francesca, que por medio de sus propios textos –del poema breve a la crónica de su paso por Mongolia, del ensayo de corte latinoamericanista a la nota personal– no permite que su recuerdo y su legado se extingan.