Ningún revolucionario es extranjero
Intercambios educativos y exilios latinoamericanos en el México cardenista
“Ningún revolucionario es extranjero” es una frase que forma parte del discurso de uno de los cientos de
latinoamericanos que arribaron a México durante el cardenismo, ansiando conocer lo que sucedía en el
país. La educación socialista, la expropiación petrolera y la reforma agraria atrajeron la mirada de
estudiantes, profesores, políticos, exiliados y ciudadanos comunes y corrientes que veían en estos
procesos una alternativa para sus propias localidades. De este modo, llegaron a tierras mexicanas viajeros
chilenos, bolivianos, peruanos, argentinos, ecuatorianos, colombianos, entre otros, con la intención de
entender qué era la revolución cardenista.
El presente libro recupera la experiencia de estos visitantes, reconstruye sus anhelos, recorre las
dificultades que implicaba viajar en la década de 1930 y analiza los mecanismos disponibles en ese
momento para desarrollar una serie de intercambios. Pero también se detiene en las decepciones, en los
problemas y las negociaciones que estos viajeros debieron enfrentar. En buena medida el texto se
concentra en el lugar donde se interceptaban los planes, las idealizaciones con las condiciones concretas y
los resultados de aquellas travesías.
El intercambio educativo y el exilio fueron los mecanismos que en muchos casos posibilitaron el
encuentro de los latinoamericanos y con los procesos mexicanos. Este contacto los condujo no sólo a
conocer la ciudad de México, sino que muchos de ellos realmente se esforzaron por visitar cada uno de
los rincones donde se vivieran experiencias revolucionarias. De ese modo, encontramos venezolanos en
las aulas de Ayotzinapa, bolivianos en la Escuela Regional Campesina de La Huerta en Michoacán o
chilenos en La Laguna.
Estos aprendizajes marcaron rutas compartidas entre los países del continente, y este libro, finalmente,
busca recuperar un fragmento de esa historia común.