Digo aire para volar mis ojos
La chica de este poemario puede mascar chicle de cabeza y trepar árboles, pero le da pena hablarle al niño que le gusta. Ambos se sienten aburridos y algo solos, pero su encuentro pronto se convierte en la posibilidad de compartir y de “jugar en el aire a decirse cosas”, como los aviones de papel. Un libro sobre la aproximación a la poesía, el primer enamoramiento y el poder de dar voz a nuestros sentimientos.