Mi nombre en el agua
Nancy Hernández García ha encontrado un equilibrio: no se encierra en la codificación inescrutable y tampoco se abandona al verso fácil. La sencillez y profundidad de sus versos invitan a seguir leyendo y, sobre todo, sintiendo el viaje amoroso que realiza el yo lírico. Este poemario es para todo aquel que ha amado y también para quien ha perdido.
A su vez, la ilustradora Valeria Huerta traduce y se desenvuelve en el centro de algunos poemas de la poeta mediante ilustraciones que van de lo figurativo a lo abstracto. ¿Cómo expresar lo inexpresable si no mediante la poesía y el arte visual?