1 Samuel veinticinco días entre héroes, villanos y víctimas
En uno de sus libros, el biblista Walter Brueggemann (Estados Unidos) define el espíritu de la literatura deuteronómica como “UN TEXTO QUE PERSISTE, PALABRAS QUE EXPLOSIONAN”. De esta manera, este autor ofrece un principio que debe de acompañar a las comunidades eclesiásticas, así como a personas y familias; y reconocer al canon bíblico como un testimonio que nos llega desde miles de años atrás; desde culturas y cosmovisiones de otrora; y que, a la vez, tiene un mensaje tan actual y pertinente, que nos compele a estudiarlo, actualizarlo y vivirlo. En otras palabras, permitir que la Biblia—como Palabra de Dios—explosione como sucede con los saquitos de variedad de plantas que lanzan en ellos miles de semillas que producen nuevas plantas que hacen persistir una vida que seguirá extendiéndose ad infinitum.