Después, seguía la muerte
Poemario. Silvia Eugenia Castillero, en Después, seguía la muerte, nos pone frente al muro, nos coloca en el amasijo de las muchas historias que se van despojando de anécdotas y particularidades a fuerza de confesarlas para revelarse en un solo cable de acero, en una cuerda, mordaza, cinta canela. El silencio no tiene cabida y los murmullos, como hervidero, nos atosigan y escaldan. Después, seguía la muerte es un libro hosco. Una voz que se descompone y alarga en la resonancia de sus ecos. Una imagen que se desbarata. La crónica de un tiempo que se cae a pedazos.