Utopías y religiones seculares
Este volumen recoge una serie de aportaciones cuyo hilo conductor son las utopías y las religiones seculares. Ambos términos están sobrecargados de significación social, positiva y negativa. El primero, inventado por Tomás Moro, gracias a Marx y otros ha terminado siendo ridiculizado en el hablar cotidiano como algo fantasioso, que merece burla; sin embargo, en las últimas
décadas, sobre todo ante el embate triunfalista del presentismo neoliberal –en sí mismo una utopía–, el pensamiento y los proyectos utópicos se han revigorizado, no como empresas de lunáticos sino de personas y colectivos convencidos de la necesidad imperiosa de cambios sociales sustantivos, ante los evidentes síntomas de decadencia humana y planetaria.
El segundo término, aparentemente oximorónico, revela la religiosidad de esfuerzos que se estilan irreligiosos, pero que en realidad despliegan los mismos parámetros que articulan todo modo de vida fijado en lo sobrenatural –objeto(s) de culto, fe, doctrina, liturgia, koinonia–; porque antropológicamente debe cuestionarse si podemos salirnos de la creencia en algo que (con)centre nuestra vitalidad y, si no es así, debe reconocerse que la (pos)modernidad simplemente cambió unos dioses por otros, por muy materiales que sean. En el fondo ambas etiquetas remiten a un mismo fenómeno, la construcción social de lo trascendente: ese anhelo inagotable por construir una mejor vida en comunidad, que surge particularmente cuando cobramos conciencia de ser dominados, explotados u oprimidos. Por ello, las utopías y las religiones seculares critican las estructuras de poder y pretenden reconfigurarlas de acuerdo con sus aspiraciones, como evidencian las contribuciones de esta obra.