Terrestre
Terrestre bien podría catalogarse como un libro de crónicas especulativas, o relatos de viaje o, bien, de crónicas, de historias que escapan a formatos y géneros camisas de fuerza. Con un estilo fresco, poético, libre incluso, de forma literal, que nos llevan a Irlanda, como a Cancún; que pasa por Chihuahua, Belfast, Guaymas, Guadalajara, Mérida, e incluso por la Sierra Tarahumara. Así que, junto a los protagonistas de estos viajes, vamos del presente continuo a un pasado en movimiento e igual a un futuro tan esperanzador como inamovible. Protagonistas que, además, reflexionan sobre lo difícil que resulta partir o la importancia del regreso en el viaje. Protagonistas que se interesan en los mecanismos de la memoria y la ficción de la que está hecha. Protagonistas que experimentan la pérdida de la inocencia, la confrontación de lo prohibido y un máximo deseo por querer volar y no volver atrás. Terrestre es un libro que nos habla sobre el tiempo, la memoria, el crecimiento, los peligros de crecer, la amistad, los primeros trabajos, las injusticias, los otros, el deseo, el amor y sus finales y propios tiempos; es decir, nos habla de la realidad y todas sus formas.