Kùìkò Ndàtí
Nudo de sombras
Las voces no surgen, las voces siempre fueron. Desde siempre estuvieron
de la milpa en los cerros, el chillido de la leña bajo el comal, humo de
sonidos que se levantan como el rocío fundiéndose en las madrugadas
con los primeros rayos del sol ese vapor que se levanta al final de la lluvia. Todo el tiempo estuvieron nuestras voces ahí, en calma, tranquilas, pero con el paso de los años otras voces llegaron e intentaron silenciarnos.