Sobre el hombro de la muerte
Dorin Tudoran es uno de los poetas rumanos contemporáneos de mayor solvencia creativa e intelectual, y llega a las costas de nuestro idioma con un conjunto de poemas, o de piezas que habita la noche, o de sitios liminales que aproximan a la vida y a la muerte; y al mar del día con los médanos nocturnos, depositados dentro de una jofaina que las traductoras Dana Oprica y Clara Janés vierten en estas páginas.
Esta es la carne de un cuerpo expuesto en versos, el poeta es su propio taller. Aquí se reúnen las trazas de su desasosiego, y queda manifiesta la búsqueda íntima de un hombre pesimista, mas no un desencantado que consigue con elegancia y maestría varios momentos de un humor sosegado.
El autor relativiza el mundo y lo deposita, delicadamente, dentro de una lágrima que escurre en la mejilla de Dios, justo antes de que este contemple su propia muerte en la de su hijo, y así, en la de todas las mujeres y los hombres de la Tierra; y nos recuerda que “solo la vida llora […] sobre el hombro de la muerte”.