El perro soñante y otros cuentos
Letra a letra, mientras fueron escritos, disfruté estos relatos, de eficaz prosa y fabulación florida. Me divertían y asombraban narraciones que parecen historias de la memoria popular y culta, como sabor a abuela narradora del campo y a libro viejo de la Edad Media en mexicano. Tienen color de eso. Son urdimbres de la imaginación de un escriba fino y malicioso, que ha respirado en experiencia propia los aires de la fantasiosa inventiva oral de su país, y ha bebido con sus mismas manos la fructífera credulidad medieval.
Originales cuentos de un escritor muy dueño de su oficio, que sabe infundir a las voces de sus personajes algo escaso y preciado en la literatura: autenticidad. Sean sus “cuentos”, de diablos, de muerte, de lunáticos, de brujas, de cantinas y fondas, de perros, o de pícaros, siempre se oye hablar en lenguaje con el que uno se identifica, porque en él nos reconocemos simultáneamente en el ayer y en el ahora: un tiempo sagrado que se llama tradición e innovación, motores de la vida y el vivir.
Sepa el lector que disfrutará este libro, y que sentirá, de adulto, lo que sentía cuando su madre o padre le narraba historias a la hora vespertina de la paz: satisfacción y contento. Y se quedará con dos avecillas revoloteándole por la cabeza: una, la de la sonrisa; la otra, la del pensamiento.
Dante Medina
(Jilotlán de los Dolores, 2014)