La democracia ante nuevos desafíos: polarización, declive y resiliencia
El estudio de la democracia en América Latina ha sido un tema central en las ciencias sociales durante décadas. Sin embargo, en los últimos años, este campo de investigación ha cobrado una renovada importancia ante los crecientes desafíos que enfrentan los sistemas democráticos en la región. La polarización política, las tendencias hacia el autoritarismo y la erosión de instituciones democráticas han puesto en jaque los avances logrados desde las transiciones democráticas de finales del siglo XX (Levitsky y Ziblatt, 2018).
La relevancia académica de este tema radica en su capacidad para arrojar luz sobre procesos más amplios de cambio político y social. Como señala Mounk (2018), las democracias liberales en todo el mundo están experimentando presiones sin precedentes y América Latina no es una excepción. La región se presenta como un laboratorio único para el estudio de estos fenómenos, dada su diversidad de experiencias políticas y su larga historia de luchas democráticas (O'Donnell, 2010).La polarización política, uno de los ejes centrales de este análisis, ha sido identificada como una de las principales amenazas para la estabilidad democrática. Autores como McCoy y Somer (2019) han argumentado que la polarización extrema puede llevar a la erosión de normas democráticas y al debilitamiento de instituciones clave. En el contexto latinoamericano, este fenómeno se ha manifestado de diversas formas, desde la radicalización del discurso político hasta la formación de bloques antagónicos que dificultan el consenso y la gobernabilidad.