Versiones de una ventana ociosa
Desde su ventana, el narrador observa. No es sólo un pasatiempo: es un ritual, una obsesión. Entre cortinas apenas entreabiertas, escudriña la vida de sus vecinos—cada uno con sus propias rutinas, silencios y misterios—y les deja pequeños obsequios en sus puertas, como si así pudiera formar parte de sus historias sin ser visto.
Pero en el reflejo del vidrio, también se asoman las reminiscencias de su propio pasado: un tío pirata del que apenas quedan rumores, los abuelos que cruzaron el océano en busca de un hogar, las fracturas familiares que el tiempo ha dejado atrás. Mientras observa el presente de otros, el narrador desenreda su propia historia, entretejiendo el recuerdo personal con la memoria colectiva, el anhelo de pertenecer con el impulso de permanecer invisible.
Con una prosa íntima y envolvente, Laura Gárdos Velo nos sumerge en una autoficción donde mirar es una forma de reconstruirse, donde cada ventana es un umbral a otra vida… o a otra versión de la propia.