La Razón
Latrón fue el único pensador que la antigua Roma produjo. Mientras que Lucrecio o Séneca debían todo a Grecia, Latrón refutó el pensamiento de los griegos. Decía: «La reflexión racional es quizá lo más sentimental que hemos hecho». Decía: «No conozco remedio para la sabiduría». De él es, en fin, la fórmula: «Nadie es bueno voluntariamente».