Labilidad de carbono como indicador de calidad del suelo bajo diferentes grados de degradación y obras de conservación de suelo
Impacto de obras de conservación sobre la calidad del suelo. Los pastizales son ecosistemas clave para la biodiversidad, la conservación del suelo y agua y el desarrollo social, pero su degradación por actividades humanas, como el sobrepastoreo, exige estrategias de conservación efectivas. No obstante, en las zonas áridas y semiáridas, la lenta respuesta del ecosistema a las técnicas de restauración, es la principal causa para la deserción de los productores, por lo que el establecimiento de programas de monitoreo integral de su impacto en la vegetación y la calidad del suelo efectivos desde el corto plazo es clave para la continuidad del manejo y su expansión. En este sentido, el carbono lábil, una fracción de la materia orgánica del suelo (MOS) que se mineraliza rápidamente, es un indicador sensible a cambios en el manejo del suelo, mientras que el CMI (Índice de Manejo de Carbono), compara el carbono total y lábil con un suelo de referencia no perturbado, permitiendo cuantificar el potencial de almacenamiento de carbono. Por lo anterior, este estudio evaluó la utilidad de la cuantificación de carbono lábil y el CMI como indicadores de calidad del suelo eficacia de los muros de piedra como técnica de conservación en pastizales semiáridos del norte de México, utilizando el carbono lábil y el CMI como indicadores altamente sensibles de la eficiencia de obras de conservación de suelos por muros de piedra y el grado de degradación de pastizales desde el corto plazo de calidad del suelo. La investigación se realizó en el Ejido Lázaro Cárdenas (Durango, México), donde se construyeron muros de piedra en 2011 para disminuir la erosión en una ladera con pastoreo intensivo