Abrevadero
Hay palabras que iluminan, y otras que calman la sed del alma. Este libro es un abrevadero. Una fuente silenciosa donde cada lector puede detenerse, respirar y beber. No es necesario comprenderlo todo, basta con sentirlo. En estas páginas, Luciano Hernández nos recuerda que no todo está perdido, que hay belleza en el vacío, que el amor —aun en su ausencia— sigue siendo maestro. Y que la vida, cuando se bebe con el alma despierta, se transforma en un acto sagrado.
Este libro no se recorre con prisa. Se abre cuando duele, cuando se calla, cuando se ama o se ha perdido. Abrevadero es un lugar. Un gesto. Una esperanza que no grita, pero sostiene.