Aquiles chilaquiles y la cocina de papá
En la casa de don Chucho dos palabras terribles se han pronunciado: “fuchi” dijo Martita, “guácala”, pronunció Arturito. Los gemelos no querían lo que su papá llevó a sus platos. Pero alguien que custodiaba la mesa, con amorosa lealtad y excelente apetito, provocó que los niños desearan comerse aquel manjar. Los lectores más avezados ya saben que lo hizo Aquiles. En este libro escrito por Sandra Pérez Monter e ilustrado por Elena Colín niñas y niños de primaria baja conocerán al perrito que les ayudó a tener buen apetito.