Montículos detectados
Ismael Glaf es uno de los condenados a ver el mundo a través de los espejos y las esferas. Su obra es el resultado del trabajo silencioso y milimétrico. Podría verse como un resplandor desaforado, colorido y violento que proyecta un prisma que ha transitado por la narrativa y la poesía.
Montículos detectados es su momento de mayores convulsiones. Este no es un libro —como dicen siempre cuando hablan de literatura—, que sirve de transporte a un mundo maravilloso. Es una obra de cuentos que va de ida y vuelta al infierno, y que pasa por la orgía, la locura, la desdicha, la rabia, por todo lo precioso-deleznable; que sin proponérselo conmueve y transgrede.
Los mejores viajes son los que no prometen ningún lujo, no dan fecha de inicio y nunca se sabe exactamente cuándo terminan. Esto es Montículos detectados, amigos míos, y es una delicia.