México: ¿la gran transformación?
¿Por qué la radical apertura internacional y la desregulación que siguieron al inicio de la crisis del modo de desarrollo centrado en el mercado interno de México condujeron a un crecimiento tan bajo y a una desigualdad persistente durante tres décadas? Este es el hilo conductor del trabajo de los investigadores, procedentes de diversas disciplinas, que han coordinado sus esfuerzos para producir este libro. En efecto, los diversos enfoques económicos neoclásicos, keynesianos o neo schumpeterianos luchan por dar cuenta de la Gran Transformación experimentada por la sociedad mexicana entre 1960 y 2024. El enfoque de la regulación se basa en la identificación de una pluralidad de arquitecturas institucionales, lejos de la convergencia hacia un modelo único.
Este es el marco en el que se inscriben los distintos capítulos. En ellos se analiza la originalidad de la inserción asimétrica de la economía en las cadenas de valor mundiales, sus consecuencias sobre la fragmentación del estatuto del trabajo y la precarización del empleo. El resultado es una baja tasa de inversión productiva, un bajísimo nivel de innovación y, por tanto, un crecimiento mediocre, que pone en peligro la mejora del nivel de vida de la mayoría de la población y la posibilidad de ampliar la cobertura social de tipo universal. Paradójicamente, la democratización progresiva y difícil del sistema político y electoral ha facilitado la aceptación de las duras limitaciones de un modo de desarrollo fuertemente dependiente de Estados Unidos, en un momento de rivalidad con China. Esto redujo la capacidad del Estado, sobre todo porque se esforzó por debilitar a las organizaciones de la sociedad civil y no supo responder a los movimientos sociales en las zonas rurales. Por su parte, el crecimiento del narcotráfico se está convirtiendo en una economía criminal, fuente de violencia e inseguridad y de deslegitimación del Estado.
De este trabajo colectivo se desprenden tres conclusiones. En primer lugar, destaca el excepcionalismo mexicano, ya que su modo de desarrollo es la antítesis del modo primario exportador típico de América Latina, y el país sale muy mal parado en las clasificaciones internacionales, no solo dentro de la OCDE. En segundo lugar, las políticas de apertura internacional han desarticulado el sistema productivo mexicano, en contraste con el auge industrial de Corea del Sur: uno está en el lado equivocado de la globalización, el otro en el correcto. Por último, paradójicamente, más allá de la retórica de ruptura con el neoliberalismo, la Cuarta Transformación parece una ingeniosa estrategia para prolongar una forma de capitalismo poco prometedora en términos de nivel de vida, bienestar y seguridad.