Sin Dios no hay civilización
Dios y el sentido común triunfan sobre la ausencia de Dios, la cultura de la muerte y la ideología
Por siglos, el secularismo agresivo ha intentado conseguir el lugar que Dios y la ciencia una vez ocuparon en la sociedad occidental. Sus líderes intelectuales son ambiciosos, con el objetivo de eliminar a Dios del discurso público y, eventualmente, de la memoria colectiva.
Aunque prometieron que una sociedad sin Dios traería una era de paz, lo que realmente trajo fue el siglo más sangriento de la historia.
Las instituciones cívicas fundadas en principios judeocristianos comenzaron a desmoronarse al separarse de ellos. Ideas firmes y universalmente aceptadas - sobre los derechos, los deberes, la dignidad y la vida misma - han desaparecido allí donde se niega su origen divino.
Alberto Martínez Piedra, un académico distinguido y exembajador de los Estados Unidos, narra la travesía intelectual de nuestra época en un análisis amplio que sitúa al Nuevo Ateísmo en su contexto correspondiente y defiende con valentía la grandeza y la riqueza incomparable de la tradición judeocristiana. Como señaló G.K. Chesterton en 1948: “Cuando los hombres eligen no creer en Dios, pasan a no creer en nada y entonces son capaces de creer en cualquier cosa”.
“No God No Civilization” es un libro imprescindible para cualquiera que busque entender cómo la compatibilidad entre Dios, la ciencia y el reconocimiento de la dignidad humana son fundamentales para lograr la paz, la estabilidad y la libertad en un mundo caótico. El Embajador Piedra explica cómo la exaltación del poder, los falsos dioses y la cultura de la muerte conducen a la alienación y al sufrimiento. El libro del profesor Piedra nos devuelve del borde de la locura.
Judge Andrew P. Napolitano, “Autor best-seller por el NY Times, anfitrión del podcast Judging Freedom, y comentarista de prestigio internacional.
“El libro del Dr. Piedra es un antídoto esencial contra las nociones intelectuales erróneas que tanto han contribuido a la degradación de nuestros estándares culturales. Es un libro tanto para políticos y legisladores, como para filósofos y el público general más exigente. Debe leerse ampliamente y tomarse en serio”.
La Honorable Faith Whittlesey, Embajadora de los Estados Unidos en Suiza bajo el mandato del Presidente Ronald Reagan.