Siempre estuvimos aquí
Iconografía de las mujeres indígenas
La representación gráfica de las mujeres indígenas en la historia de México fue producida principalmente por las élites políticas, intelectuales y económicas de cada periodo, por lo que las imágenes que hemos recibido, de los periodos prehispánico, virreinal, siglo XIX y hasta la actualidad, son resultado de la mediación de quienes las vieron a través de la lente de sus tiempos. Esa lente pudo tener prejuicios —culturales y de clase— de una época en la que un ideal de progreso dejó a los grupos sociales racializados en un no-lugar dentro de su imaginario. Puede decirse que las mujeres, en general, vivieron en los márgenes de la vida política, y en gran parte de la vida cultural. En el caso de las mujeres indígenas, desconocemos muchos de los pormenores de la vida cotidiana en sus comunidades, y en gran medida lo que sabemos viene de crónicas y dibujos de cada época. Así, los artistas, dibujantes, litógrafos y más recientemente fotógrafos, fueron quienes nos dejaron testimonio de las mujeres de los pueblos originarios del país, lo hicieron con una pretensión de retratarlas tal como vivían, tal como las vieron.
Esta intención está incluida desde el marco ideológico y artístico contemporáneo dominado por la época. Sin embargo, las mujeres lejos de ser sujetos pasivos, en muchas comunidades indígenas sostuvieron procesos de resistencia activa que perduraron en el tiempo, en defensa de su autonomía y por el reconocimiento comunitario. En esos procesos de resistencia comunitarios, las mujeres indígenas desempeñaron un papel fundamental. Las comunidades nativas en el México no son homogéneas; al contrario, conservaban estructuras organizativas complejas donde las mujeres son esenciales para la reproducción social de sus comunidades.