Reseña

Síndrome de Guillain-Barré es un nombre elegante para una enfermedad tan cruel. Hay una variante del síndrome que tiene un nombre todavía más rimbombante y tiene sus características muy especiales: la variante de Miller-Fisher.
Tener contacto cercano con un paciente que padece El Síndrome de Guillain Barré, ya sea como médico, enfermero, familiar, amigo o vecino, requiere esfuerzo, empatía, paciencia y fortaleza, cualidades que merecen ser calificadas como heroicas. Sin embargo, la fortaleza y la lucha del propio paciente están por encima de todo eso; por lo tanto, si los acompañantes merecen ser llamados héroes, el paciente merece un calificativo aún mayor, puesto que es quien soporta en carne propia el sufrimiento, la incertidumbre y el desgaste que implica lidiar con esa enfermedad.
Esta historia abarca la parálisis en su máxima expresión: inmóvil el cuerpo, apagadas las sensaciones, atrapada la mente, suspendida el alma. En realidad, esta experiencia es algo que nadie querría comprender, porque comprenderla, solo es posible cuando ya se ha vivido personalmente, y eso es algo que no le deseo a nadie.