Las cartas que no llegaron
El cartero llega todos los días con las manos vacías. Moishe, entre sus recuerdos cotidianos de la infancia como hijo de inmigrantes judíos polacos en Uruguay durante los años cuarenta, tiene muy vívido este detalle. Las cartas de su familia en Europa nunca llegaron y sus palabras no se dijeron; sus últimos días en los campos de concentración fueron silenciados. Pero sí se transmitió el mensaje, su memoria permaneció en Moishe, y años después, estando en condiciones similares como prisionero político en su país, se encuentra con la misma imposibilidad de expresarse y escribir a su padre, sumido en el silencio involuntario. En esta reflexiva autobiografía, Mauricio Rosencof desdobla su vida a través del vacío de aquellas palabras jamás escritas y sus propios recuerdos, de esta manera dota de trascendencia a la memoria y compensa aquel vacío que gracias a estas páginas ya no es.