Neto Rebollo y el robo del código secreto
Neto Rebollo es, en apariencia, un niño normal. Va a la escuela, saca calificaciones regulares (no es el clásico súper estudioso consentido de la maestra, pero tampoco es el que siempre reprueba) y tiene una mejor amiga que lo acompaña a casi todos lados y que le ganó una apuesta. Ahora Neto debe contar qué es lo que lo hace ser diferente a los demás: Neto puede hablar con los animales, y los animales le entienden y le contestan (a veces, porque los gatos no son muy sociables que digamos). Aunque parezca increíble, la vida de Neto cambió, pero no por su superpoder de comunicación, sino porque sus papás y él se vieron obligados a mudarse a casa de los abuelos, unos grandes aficionados al beisbol que le inculcan el amor por el deporte a Neto (que no siempre sabe en qué mano debe ponerse el guante). Y es en el edificio de sus abuelos donde se desata un misterio y quién mejor que Neto y sus habilidades para descubrir quién se robó un código secreto que es vital para una de las vecinas.