Determinantes de la desigualdad, demográficos y de movilidad en la predicción y distribución del riesgo y progresión de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en México
Reseña
En la primera mitad del año 2020 y a pesar de que no supera el 10% de la población mundial, América
Latina se constituyó en uno de los epicentros del contagio por el virus del Síndrome Respiratorio Agudo
Severo Tipo 2 (SARS-CoV-2) y de las altas tasas de incidencia y fallecimientos por la enfermedad que
produce (COVID-19). Por su parte, México se convirtió en el núcleo de este epicentro registrando tasas
de mortalidad total diaria y mortalidad acumulada elevadas para el tamaño de su población;
representando el 20% del total de la población de América Latina, alcanzó el 40% del total de muertes
por COVID-19 de la región.
La naturaleza federativa de la República Mexicana, conformada por un régimen de estados libres unidos
bajo una federación, y el carácter descentralizado de las funciones y obligaciones del sistema de salud,
definieron diferencias sustantivas en el peso con que el diseño e implementación de la política pública
para enfrentar la contingencia por COVID-19 recayó en las autoridades subnacionales. Declarada
oficialmente la pandemia, la Secretaría de Salud, cuerpo de gobierno del Sistema Nacional de Salud y
máxima autoridad sanitaria a nivel federal, estableció una política y lineamientos rectores para contener y
mitigar sus efectos. Sin embargo, la carga del diseño y la ejecución de las medidas fue asumida por las
autoridades sanitarias estatales, que en el ejercicio de sus obligaciones, atribuciones y funciones las
ejecutaron para reducir la propagación de contagios; el aumento del riesgo a la enfermedad; la transición
a estadios de mayor severidad; la saturación de los sistemas de servicios de salud; y el aumento de las
muertes.
De aquí deriva que las investigaciones afirmen que en México no hubo una pandemia, sino 32 distintas,
una por cada entidad federativa, o bien, tantas como regiones del territorio nacional puedan delimitarse.
Esta diversidad se explica, al menos en principio, por la alta heterogeneidad de medidas implementadas,
riesgos experimentados y resultados obtenidos. Ponderando el peso que tienen los determinantes
sociales de la desigualdad en el riesgo de pérdida de la salud y progresión entre estadios de gravedad
por COVID-19, la presente investigación pone a prueba, entre otras, la hipótesis de la heterogeneidad
regional.