Reseña

¿Fue Emilio Uranga (1921-1988) un genio “como los que se dan en Europa una vez cada siglo”, según reza el augurio de su maestro José Gaos? Algunos se han formulado otra pregunta: ¿quién no pudo –o no quiso– ser Emilio Uranga? Se le recuerda sobre todo por su libro de 1952, Análisis del ser del mexicano, y por su papel central como miembro del Grupo Hiperión, junto a Jorge Portilla, Luis Villoro y Ricardo Guerra. Los hiperiones estuvieron en el epicentro del “existencialismo mexicano”. Frente al nacionalismo exaltado de los años cuarenta y a la doctrina de la mexicanidad del gobierno alemanista, Uranga opuso una filosofía de la insuficiencia y el accidente como claves de la condición humana. Enemigo de la filosofía académica, se desempeñó como periodista de estilo mordaz en Tiempo de México, Política, Siempre!, Revista de América y Novedades.
El presente volumen recoge sus más agudas astucias filosóficas a la vez que propone un itinerario teórico y vital por sus obsesiones, siempre en diálogo beligerante con el historicismo personalista de Gaos, la hermenéutica ontológica de Heidegger, la fenomenología existencialista de Sartre y Merleau-Ponty, la teoría de las descripciones de Russell o la filosofía del lenguaje de Wittgenstein.