Reseña

Cuando era pequeña, Dani no pudo evitar seguir a todas partes al adorable hijo de la mejor amiga de su madre. Divertido, un tanto rarito y con el corazón de oro, Alec siempre estaba dispuesto a pasar el rato con Dani cuando no eran más que unos críos. Desde quedar para jugar en el parque hasta colarse en el cine juntos, Dani y Alec eran uña y carne. Hasta que Dani se mudó. Alec le prometió que no perderían el contacto, pero… no fue así.
Años después, Dani ha vuelto a Minnesota para cursar el último año de instituto, y su madre y ella están viviendo con su abuelo. A pesar de tener que lidiar con las devastadoras consecuencias del divorcio de sus padres, a Dani no le importaría pasar el rato con el cálido y amable Alec (y quizás incluso tener la oportunidad de hablar con él y pedirle explicaciones sobre por qué dejo de hablar con ella de la noche a la mañana hace años). Pero el Alec adolescente no se parece nada al niño que Dani recordaba. Ahora es una estrella del hockey, en un pueblo donde a los jugadores de hockey se les trata como si fuesen dioses. Y el lugar que antes ocupaba Dani ahora lo ocupan sus múltiples admiradoras, que se mueren por sus huesos… y a él le encanta ese cambio.
Dani está decidida a ignorar a su antiguo mejor amigo hasta que una serie de desafortunados acontecimientos los une de nuevo y los obliga a fingir que son pareja. Una vez juntos, estos dos antiguos mejores amigos de la infancia tendrán que retomar su relación donde la dejaron, desentrañando algunos complejos secretos familiares, y enfrentándose a lo sienten el uno por el otro… así como al motivo real por el que Alec se ha mantenido alejado de Dani durante todos estos años.