Leche de cucarachas
El escenario de esta novela es la cancha del barrio, cuya área se expande hasta cubrir al barrio entero, porque, ¿qué acaso no el futbol es un reflejo de la vida misma? Ahí Avatar comenzará sus suseños de gloria; sus sueños para convertirse en futbolista profesional. Dejar la miseria de las calles y el tráfico de drogas (red de la cual forma parte como dealer) y dar el salto a la Primera, sacar a su familia de la pobreza y callarle la boca a todos los que dudan de su talento.
Alexander Hernandéz nos muestra a un héroe contemporáneo que libra una guerra contra el sistema opresor, un héroe que está salpicado también con la escencia del antihéroe clásico, del fracasado que se debate contra el implacable destino y que, acaso, por momentos, logra tergiversar los mandatos lógicos del universo.
En las páginas de Leche de cucarachas se profundiza en la tragedia más mexicana de las tragedias: la de “ya merito” y se juega con la número 5 en ese lugar ontológico donde no existen bonitos o feos, ricos o pobres, morenos o güeros y solo se hay de dos tipos: buenos o malos jugadores de futbol.