Más allá del proceso
Detrás de cada desafío se esconde un propósito profundo y significativo. Dios, en Su infinita bondad, no busca causarnos sufrimiento o dolor; por el contrario, Su deseo es que prosperemos. Cada obstáculo que enfrentamos representa una oportunidad para crecer, para superarnos día a día.
Es un hecho innegable que todos seremos sometidos a pruebas constantemente, en distintas formas y circunstancias. A veces estas pruebas nos enfrentan en momentos de carencia, mientras que otras veces surgen en medio de la abundancia. Sin embargo, al comprender que cada desafío es parte de un proceso y al ser conscientes del propósito que yace detrás de este, podemos fortalecer nuestra confianza y fe en Dios de manera inquebrantable.