El Partidismo y el Mandato Sobrio
El Gobierno de Adolfo Ruiz Cortines (1953-1958)
El gobierno de Adolfo Ruiz Cortines fue clave para la consolidación del presidencialismo omnímodo. También lo fue para el implante del desarrollo estabilizador, modelo económico que acarreó un vigoroso crecimiento, y una mayor desigualdad. Mediante una estrategia de contraste ante su antecesor, muy desacreditado por escándalos y corrupción, forjó una imagen de austeridad que afianzó la gobernabilidad de su mandato, pero las insuficiencias golpearon con fuerza. Se endurecieron los mecanismos de control político al punto de construir un pluripartidismo ficticio que dio al régimen una apariencia democrática. La disidencia popular al margen de los canales corporativos fue reprimida sin ningún miramiento. En un entorno de política social casi inexistente, guiado por el paradigma de acumular riqueza para luego repartirla, crecieron los índices de empobrecimiento, y al final del sexenio, impulsado por factores externos, emergería una vulnerabilidad que, además, de diluir mucho de lo alcanzado, desnudó los límites del esquema adoptado.