En la sombra de Quetzalcóatl
¿De dónde provienen las sociedades humanas? El afán por responder a esta pregunta cobró una nueva dimensión en el siglo XIX, cuando una generación de arqueólogos comenzó a buscar más allá de la Biblia los orígenes de diferentes culturas y civilizaciones. Zelia Nuttall se dedicó al estudio de las costumbres y la cosmología mexica, deseosa de utilizar las herramientas de la emergente antropología para demostrar que el México moderno se construyó sobre las ruinas de civilizaciones antiguas. Orgullosa, disciplinada, tan quisquillosa como independiente, Zelia Nuttall fue la primera persona en descifrar con precisión la piedra del calendario azteca. Investigadora intrépida, encontró textos prehispánicos perdidos en archivos europeos y era experta en comprender sus relatos pictográficos. Su trabajo sobre las cabezas de terracota de Teotihuacán captó la atención de Frederic Putnam, quien le ofreció un puesto en el Museo Peabody de Harvard. Divorciada y compaginando la maternidad con su carrera, Nuttall decidió seguir su propio camino, publicando sus descubrimientos y coleccionando piezas para museos estadounidenses para subsistir. Desde su querida Casa Alvarado en Coyoacán, se convirtió en un puente vital entre antropólogos mexicanos y estadounidenses, conectándolos en un contexto de guerra y revolución. Zelia Nuttall, A la sombra de Quetzalcóatl, captura las luces y contradicciones que plagaron la vida de esta mujer pionera, que contribuyó tanto al nuevo campo de la antropología hasta que una generación recién profesionalizada eclipsó sus notables logros y se convirtió, al final, en una pieza en su propio museo.