¡A buen entendedor, pocas palabras!
Ante la perversión, el regreso de Don Quijote
Unos diez años después de las primeras aventuras de Don Quijote, Miguel de Cervantes vuelve a la carga, con el pretexto de un plagio. Françoise Davoine y Jean-Max Gaudillière siguen los pasos de este nuevo viaje extraordinario donde la perversión se exhibe a plena luz del día, organizadora de un lazo social. Cervantes muestra que la fiabilidad reposa esencialmente en la fuerza de la palabra dada, que debe atravesar las mentiras, la seducción y el secreto, los abusos y los crímenes. Antes de morir, nos enseña la eficacia de su proceder, por muy loco que parezca. Los «buenos entendedores» que son los psicoanalistas sabrán reconocer la experiencia adquirida en el contacto con los traumas de guerra, y recibir también historias clínicas que ilustran el proceder quijotesco, sostenido por un único principio: trauma, locura, mismo combate. La perversión, que reduce al sujeto al estado de objeto, constituye el verdadero blanco de la novela, como también de este segundo libro consagrado a las victoriosas luchas del héroe cervantino.