Reseña

Hay muchas formas de acercarse a la comprensión de lo que la humanidad crea a partir de la presencia y las huellas de su paso por la vida, y es en este sentido, que la temática del este libro nos lleva a atisbar, a través de vías, vagones, estaciones, puertos, muelles, arte, personas, edificios y mercancías, un mundo deseado donde, posiblemente sin proponérselo en el origen, se trasladaron también anhelos, amores, revoluciones, conflictos armados, ciencia, tecnología, uno o varios proyectos de desarrollo económico y visiones sociales compartidas o antagonistas. En otras palabras, el pasado viaja todavía codo a codo en nosotros, aunque solo veamos, en algunos casos, los frutos o los vestigios y, en otras ocasiones, las ruinas de seres humanos aún afectados por acuerdos tomados sin claridad del impacto en las vidas de generaciones de personas y, también, en la naturaleza. En múltiples y muy variados significados, al ferrocarril, barcos, aviones, diligencias y camiones, han subido historias individuales y colectivas.
No es lo que aparentemente queda atrás, pues está aquí y ahora el resultado de las decisiones del pasado. Seguramente otros temas sensibles a la naturaleza humana se derivaron de aquella determinación inicial. Las formas de encontrarle un verbo a las acciones tomadas va mucho más lejos de un significado relativo. En los sistemas de transporte hay origen, desarrollo, abandono, rescate, impulso y, ante todo, vida, ya sea humana o propia de la naturaleza. Los verbos se conjugan de forma distinta en los países donde el Estado decide respetar, rescatar, o bien, desconocer, dejar para después y hasta ignorar.
En el patrimonio industrial, la historia y las huellas del pasado son mucho más. Por eso es posible mencionarlos, pues han sido construidos por manos y mentes de seres humanos para que hoy podamos reflejarnos en la otredad, tanto en pequeñas comunidades como en grandes urbes, en edificaciones sencillas y otras como portento de ingeniería y arquitectura.