Los juegos invisibles
ADA ZAPATA ARRIARÁN:
HUELLAS DE SU SOMBRA Y DE SUS SUEÑOS
La Poeta vale por sí misma, sin cortejos ni comparaciones. Claro que, para lograr la impronta o temperatura de sus versos, ha ido abrazando y esquivando otras voces: ahora solo sabe decirse; solo sabe decirnos como si estuviera bajo la luz de un eterno ocaso, ahí, al borde del abismo, escuchando todos sus silencios.
Esta Poeta llamada Ada Zapata Arriarán me honra, pidiéndome desde su andino y amazónico país, que pergeñe un parecer siquiera sobre su nuevo libro, Los juegos invisibles. Por ello me adentre en sus treinta y ocho textos tallados cual si fuera un orfebre que repudia lo barroco o las muchísimas palabras que casi nunca contienen Poesía. Con tal cometido me senté en un viejo banco de piedra a la orilla del Tormes, como paladeando este nuevo silencio preñado de misterios, de vuelos de varios sueños que van aterrizando para dejarnos sus huellas “…Resucitando/ En la brisa/ Cuando duermo/ Y sueño/ Que no existo// En el pálido lugar/ Donde nos reunimos sin saberlo…”
El libro se remansa en varios ejes, en ciertos anclajes que se alzan en lugar preeminente, como sueño, piedra, silencio, río, llama, neblina, oscuridad, muerte… y sueño, nuevamente, pues así comienza y termina la travesía que ahora nos deja conocer y que yo, tras paladearlos con los ojos, estimo de larga Vida.
Hundidos o flotando, quedan los versos salidos de sus libres sueños compartidos, de todos esos aletazos que se doblan más allá de sus límites, a veces como si fueran susurros surrealistas. Leamos: “…El cansancio me visita sin manos/ Y sirvo el té para la eternidad// La sombra de un anhelo/ Derrumbada/ En el jardín…”.
Estremecen los pasos-huellas de este nuevo regreso de Ada Zapata Arriarán. Léanla.
Alfredo Perez Alencart
Universidad de Salamanca