Cultura de paz crítica
Teoría y acciones para una alternativa genuina de paz en México
En los últimos años, se ha establecido un consenso cada vez mayor en torno a las implicaciones que tienen los mecanismos alternativos de resolución de controversias, y en particular las metodologías restaurativas, en el mejoramiento del sistema de justicia. Se habla, al respecto, de un cambio de paradigma para la construcción de la paz en las sociedades contemporáneas en que vivimos, atravesadas por las violencias directas y estructurales, el fanatismo, los extremismos y la crueldad, para que sea más participativa y democrática, no capturada por las redes del individualismo neoliberal, pero tampoco por un modelo de estatalidad inflexible, burocratista y excesivamente coercitivo, donde las personas aprenden colectivamente a dirimir sus controversias y a asumir políticamente sus responsabilidades, a partir de una comprensión profunda de las causas y consecuencias sociales del daño.
Producir un cambio social profundo implica no tanto confiar en las personas en sí mismas, sino en el lenguaje: en lo que ellas pueden hacer cuando hablan, dialogan, ponen en palabras el daño y empeñan la palabra para construir un acuerdo reparatorio que no surge de la imposición de un tercero, sino del propio hacerse cargo. Ello supone no estar dispuesto a juzgar, culpabilizar y criminalizar la conducta del otro, sino a comprender los contextos del daño para, luego, exigir contundentemente que los daños sean reparados, en conversaciones ásperas que tienen lugar entre las víctimas, los ofensores y los miembros de la comunidad afectados por las violencias directas y estructurales.
El objetivo de este libro es contribuir a profundizar en este nuevo paradigma de construcción de paz desde las coordenadas del pensamiento crítico, y en particular, desde la perspectiva de lo que llamamos una paz crítica. Operativizar las reflexiones teóricas en un conjunto de propuestas prácticas, que sirvan de horizonte a las acciones de defensa, protección, promoción y divulgación de la cultura de paz y derechos humanos. Divulgar esas propuestas prácticas en el ámbito del funcionariado público mexicano. Poner en acción el pensamiento crítico de la paz, pero sin dar recetas ni instrucciones. Entablar una conversación con personas defensoras de los derechos humanos que estén dispuestas a orientar sus prácticas por un enfoque crítico y militante de paz y justicia restaurativa.