Desapego
Tres temas transitan este libro, tres miradas unidad por la incertidumbre y el desapego de uno mismo y por supuesto de todo lo que no nos permite avanzar. Porque la poesía no eso que no podemos imaginar, sino todo aquello que podemos hacer verdad, desapego de una realidad que nos coloca en la cima de un iceberg, y desde ahí irnos sumergiendo hasta el fondo de una poética. La poesía de Carlos F. Ortiz es adentrarnos al fondo para descubrir lo que nos enuncia. Así en desapego, la ruta de su poesía es un destino lleno de azar, un azar que nos conduce a una patria, donde sólo se sabe llorar bajo la tormenta. Ortiz, esparce su lenguaje en un campo minado, laberintos lingüísticos bajo la tierra. Será acaso, ¿transitar por el mundo un ir y venir en la tiniebla? El viaje en este sentido es, renovar las vicisitudes con un mismo y con nuestro pasado cultural en todos los sentidos: Mujer, deja de hilar la historia. / El viajero nunca vuelve a casa. Entonces, en Desapego, vamos viajando por ese panorama de la mirada del poeta que distingue que el mundo es terrible donde podemos imaginarnos la ironía del viaje. Porque el poema es un animal que nos vigila con su lenguaje encerrado.