La reconstrucción de México
Tomo II
Al levantamiento en Yucatán de Abel Ortiz Argumedo, el general que depuso al gobernador carrancista Toribio de los Santos, Carranza designó a Salvador Alvarado comandante militar en ese Estado para que recuperara la plaza y jefaturara el movimiento constitucionalista durante el proceso revolucionario en Yucatán. La carrera política de Salvador Alvarado llegó a su cúspide cuando fue gobernador y comandante militar de Yucatán, de 1915 a enero de 1918. Fue entonces cuando se manifestó como un gran reformador social.
Sin duda, la labor revolucionaria de Salvador Alvarado encontró su crisol en la península de Yucatán. Ahí puso en marcha un amplio programa de reformas agrarias, laborales y educativas en favor de los campesinos, obreros y sectores populares que transformó la vida de los hombres y mujeres de Yucatán. En menos de tres años, entendió y cambio la situación política, económica y social de Yucatán, donde derrotó a la oligarquía, a la que él bautizó como la “casta divina”, restándole privilegios y modificando las relaciones comerciales con el exterior, estableciendo una nueva correspondencia de las fuerzas políticas y sociales, sentando las bases de una nueva organización social.
Como reorganizador de la sociedad yucateca, Alvarado fue modernizador y continuó el esfuerzo de Carranza de otorgar a los mexicanos nuevas leyes, que mejoraran sus condiciones de vida. Al asumir la gubernatura preconstitucional en 1915, puso en marcha su proyecto. Legisló y reglamentó en beneficio de los trabajadores, de la educación y de los derechos de las mujeres y los niños. Fue promotor del cooperativismo y del mutualismo obrero, fomentó el feminismo, la educación racionalista y el anticlericalismo.