Los héroes que no fuimos
Ella nació en una familia llena de contradicciones y olvidos. Sin una madre durante la infancia, fue educada por su abuela paterna, de disciplina draconiana, apegada a la moral de los Testigos de Jehová. Fue objeto de las perversiones de los adultos. Su padre, quien la visitaba dos veces al año, la sumergió en un sentimiento de abandono. Sin embargo, ella no expresaba ese dolor. Lo escondía en sus fantasías sexuales.
Luchó siempre por ignorar la imposibilidad de ser feliz. Su primer encuentro sexual, a los once años, fue el inicio de la serie de situaciones que sabotearon su vida. Su condición de huérfana la hizo peregrinar por las casas de tíos paternos y maternos hasta que su primer embarazo, a los diecisiete años, la condujo a intentar constituir un hogar, pero la vida le había preparado otros planes…