Agapi, la cerca de la esperanza
Memorias del exilio
Chile, martes 11 de septiembre de 1973.
Golpe de estado de la extrema derecha apoyada por Estados Unidos, en contra del gobierno socialista del Dr. Salvador Allende. Fue el comienzo de una dictadura que duró largos 17 años. Empezó con una Junta Militar encabezada por Augusto Pinochet, quien se mantuvo en el poder hasta el fin de la dictadura en 1990. Durante todo ese tiempo, se produjo el desplazamiento involuntario de miles de chilenos y chilenas. No lo sabía en ese entonces, pero el golpe me arrancaría de mi apacible vida de recién casada, y me lanzaría a engrosar el número de desplazados no sin antes ver derrumbados todos mis sueños.
Un grupo relativamente pequeño, comparado con la cantidad de exiliados recibidos por otros países, llegó a Estados Unidos. Un puñado de ellos llegó a Agapi, un campo de refugiados localizado cerca de la frontera México-Estados Unidos en San Diego, ciudad vecina de Tijuana, Baja California, México.
Cerca de cincuenta años han transcurrido desde entonces. Casi medio siglo es mucho tiempo y la memoria es frágil. Los recuerdos se diluyen y son ahora incompletos e imperfectos. No puedo acudir a varios de los compañeros y compañeras para reconstruir el pasado, pues muchos de los que estuvieron en el campo de refugiados ya partieron a otra dimensión. Los que sobrevivimos, ya estamos sobre los setenta años de edad. Otros regresaron a Chile, aunque la mayoría, por diferentes razones, eligió permanecer en el país que para bien o para mal, nos cambió la vida.
Espero que mi testimonio y los de mis compañeras contribuyan de alguna manera a la historia de los refugiados chilenos en Estados Unidos. Mi mayor objetivo es que quede la palabra escrita para las generaciones que nos siguen y que así, de alguna manera, conozcan el origen de sus existencias en este país.