Pequeños privilegios
Frente a la lectura distante de los textos ligeros, aquí habrá que mirar las páginas como el joyero que examina el mineral para determinar si es brillante zafiro o deleznable arenisca. La técnica de Javier Flores no es la de la caja china sino la del rizoma, porque la columna vertebral que une los textos –el crimen, la violencia– va desgranando personajes que ahí surgen como sombras evanescentes, apenas unos nombres, y allá figuran como el protagonista definitivo de la acción. Los registros narrativos de estos nueve relatos abarcan la atmósfera de la novela negra, como en “Night Club”, la diligencia del relato breve, “The red Corvette” para el caso, y la literatura de costumbres.